Con rostro emocionado, Richard Chow pide la ayuda de las autoridades. Su hermano Kenny, como él taxista y dueño de medallón, lleva desaparecido desde el día 11 de mayo. 

Su hermano tiene 56 años. Su esposa está enferma de cáncer y la deuda del préstamo por el medallón que compró en 2012 es de más de $700,000 dólares. 

Desde diciembre, ya son cuatro los taxistas que se han quitado la vida por problemas económicos. Familiares y compañeros temen lo peor.

"Ahora realmente estamos muy desesperados por él", apunta el también taxista, Víctor Salazar, dueño de un medallón o permiso de taxi.

Se piensa que eran las cinco y media de la tarde cuando Chow dejó parqueado su auto, su taxi en esta esquina de la calle 86 Este y la avenida East End junto a este parque, situado a la orilla del Río Este. 

Los manifestantes pidieron a la policía que revisara las cámaras de seguridad de la zona. Aún guardan una pequeña esperanza.

Pero si lo peor ha pasado, dice la presidenta de la Alianza de Trabajadores del Taxi de Nueva York, queremos que se entiendan las circunstancias que están llevando a la depresión y la desesperación. 

Cuando preguntamos cuántos taxistas están pasando por un mal momento económico, casi todos los congregados levantan la mano.

"Estoy indignado, yo soy uno de los taxistas que todavía puedo pagar la deuda, a duras penas, pero lo hago", comenta Salazar.

Víctor Salazar es dueño de un medallón desde 2003. Su taxi lo manejan él y otros dos empleados. Tiene una deuda de unos $300,000 dólares

Exige una solución justa para que esta industria, en su día boyante, vuelva a la normalidad en este momento de drástico cambio por la entrada de compañías como Uber y Lyft.

"Que nos vean a nosotros como humanos. No solamente como un carro que pasa por ahí, como una máquina", señala este taxista.

Por su parte, la policía continúa investigando el caso del taxista desaparecido.