A pesar de sus 85 años, el padre Ruskin Piedra sigue dando guerra, defendiendo a los inmigrantes de su comunidad.

"Como mi linda madre, en paz descanse, decía -se retiraba cuando tenía no una pata, sino dos patas en la tumba'", dijo el padre Piedra. 

Piedra, que empezó el ministerio en 1961, fundó hace más de 15 años el centro Juan Neumann en Sunset Park. Se trata de una entidad sin fines de lucro que brinda servicios legales a los inmigrantes en este vecindario de Brooklyn.

"La labor nuestra es ocuparnos de los más pobres y abandonados. Los nuevos pobres son los inmigrantes", explicó el sacerdote.

El centro está afiliado a la Basílica de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro donde el sacerdote de origen cubano funge como párroco, dando misa todos los días.

Pero dice que su trabajo más importante es defendiendo a sus clientes que enfrentan la deportación o que están buscando asilo en el país.

"Como ves... todo esto este año de los que tienen cita, yo no se cuántos van a venir de aquí a diciembre, están atrasados", añadió el padre. 

Y esa labor la comparten solo cinco personas que trabajan en la oficina. Para muchos clientes que no pueden pagar los servicios de un abogado, esa ayuda es vital.

"Uno puede venir a hacer preguntas sin traer el dinero en la mano. Se siente uno contento y feliz que le den el apoyo que necesita cuando uno está pobre y no hay dinero", dijo Hermenegilda Timoteo, una clienta del centro. 

Aunque no estudió derecho, Piedra acude varias veces al mes a la corte federal para defender a sus clientes como abogado de récord, una designación que recibió en 2005. 

La mayoría de los casos son de asilo político y dice que esa labor se ha vuelto aún más difícil bajo la actual administración en Washington.

"Yo estoy sumamente contento, muy espiritual, muy realizado en mi vocación, pero tengo que confesarle: cansa, cansa" reveló el padre. 

El centro se mantiene a flote gracias a fondos de la congregación y la ciudad de Nueva York que aporta 10 mil dólares al año. 

"Esto ha sido una lucha por años y no se ha hecho nada pero Dios quiera con un nuevo cambio podamos progresar y tener una actitud más humana hacia esta gente", concluyó el padre.