Elysa Pallaroso aún teme contagiarse del coronavirus. Dice que en esta bodega en Midwood varios clientes entran sin mascarilla y ella tiene un hijo con asma en casa.

"Hay mucha gente sin mascarilla y aunque nosotros tratamos de seguir las prevenciones que nos indican tanto para los clientes como para nosotros, ellos se hacen de los oídos sordos", explicó Pallaroso, empleada en la Orquídea Deli.

En el lapso de una hora vimos por lo menos tres personas sin protección facial, incluso hubo quien al ver la cámara se cubrió con su ropa. Pero hay clientes que se retiran la mascarilla para pedir ciertos productos, aumentando el riesgo de contagio.

"La gente nos habla ahí, a veces por un huequito ellos se quitan la mascarilla porque no se escucha y nos quieren decir bien lo que necesitan", dijo por su parte Martín Castillo, también empleado de la Deli. 

Por el momento sin embargo, estos empleados no saben si califican como trabajadores esenciales para acceder a la vacuna del covid-19.

El estado incluyó esta semana a los trabajadores de tiendas de alimentos, pero no es claro si la disposición solo se aplica al personal de supermercados o también al de bodegas.

Aparentemente, ni el mismo alcalde Bill de Blasio lo tiene claro.

Esta confusión ha molestado a trabajadores de bodegas, que en su mayoría son inmigrantes, y que dicen se exponen al virus igual que otros trabajadores esenciales.

"Estamos expuestos tanto como los policías, bomberos, las enfermeras", agregó Castillo.

"Creo que no nos escuchan porque sienten que nosotros no somos trabajadores esenciales y fijese que sí lo somos, porque toda la gente que trabaja pasa primero por un café", agregó Camelia Bello, la dueña de la Orquídea Deli.

Contactamos a la oficina del gobernador Cuomo para solicitar más información, pero por el momento no hemos obtenido respuesta. 

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