Este lunes, en la Corte de Apelaciones se produjo una decisión adelantada en la batalla legal sobre la vacunación obligatoria de los empleados del Departamento de Educación, permitiendo que el mandato del Ayuntamiento proceda.

Minutos más tarde, el Alcalde nos dijo en primicia que cualquier educador, conserje o miembro del personal de las escuelas públicas que no haya recibido al menos una dosis de la inoculación se quedaría sin empleo a partir de la próxima semana.

Mientras tanto, entre las decenas de miles de neoyorquinos que ahora califican para recibir una tercera dosis de la vacuna de Pfizer-BioNTech, pocos se enteraron que tienen esa opción: "Pues la verdad yo no me había dado cuenta de que ya estaba la tercer vacuna pero me voy a dar mi tiempo para ir a ponérmela", exlicó uno de los encuestados.

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Otros de los trabajadores esenciales incluidos, según el criterio de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), no saben que tercera dosis solo ha sido autorizada para empleados de supermercados, mensajeros, empleados del transporte público, entre otros.

"Yo sí me podría la tercera dosis porque ya tengo las dos primeras vacunas y apoyaría que todo el mundo se la ponga. La pandemia nos ha afectado bastante y estoy de acuerdo en que toda la gente se ponga la tercera vacuna ya", comentó un empleado. Mientras que alguien más: "Claro que sí. Voy a esperar solo a que pase un tiempecito y ponernos la tercer vacuna porque si la necesitamos".

A pesar de la aparente falta de información, a diferencia de hace algunas semanas cuando se comenzaba a hablar de inyecciones de refuerzo, entre los latinos no hubo, entre los encuestados, alguien que expresara su temor: "Algún miedo al respecto de la tercera inyección? No, ninguno, sí me la pondría".

También el lunes, Pfizer anunció que está trabajando en la última fase de estudios clínicos para un terapéutico oral que también evitaría el contagio de COVID-19 y que estaría en el mercado este fin de año.

Y en términos de la pugna jurídica para implementar el mandato en las escuelas, uno de los demandantes aseguró que llevaría su apelación hasta la Suprema Corte.