Evelia Coyotzi pasó de ser vendedora ambulante a tener su propio restaurante en la Northern Boulevard.  

“Emocionada, muy emocionada que hemos tenido una oportunidad de tener nuestro propio negocio", dijo Evelia.

Pero llegar aquí no fue fácil.

Hace 22 años Evelia cruzó la frontera con su hermano mayor dejando a su esposo y a un hijo de dos años en México.  

Trabajó en una fábrica de costura y un supermercado. Despues en un McDonald's, cerca de las Torres Gemelas, que cerró a raíz de los ataques del 11 de septiembre, dejándola sin empleo y…

“Desesperada, pues ¿a qué vine? si vine a trabajar y después no estoy trabajando, sí, se siente mal".

Evelia pasó un mes desempleada. De esta necesidad nació la idea de vender tamales entre la Avenida Roosevelt y la Junction boulevard.  

“Como veía gente que estaba vendiendo tamales dije, 'bueno, voy a intentar yo también a vender tamales'".

Evelia.

Y así lo hizo… pero nunca se imaginó lo que le esperaba.

La arrestaron unas 18 veces por no tener permiso para vender.

“O sea teníamos que estar bien, bien atentos a que no nos agarrara la policía".

En el 2005 quiso legalizar su negocio pero no pudo.

Un año después ella y su esposo, que ya estaba en el país, compraron un carrito con permiso para vender por 8 mil dólares y para su sorpresa… el permiso era falso.  

“Me sentí muy mal, desilusionada".

Evelia siguió trabajando ilegalmente, hasta que alquiló un permiso en el 2012. Por el que ha estado pagando casi 18 mil dólares cada dos años.  

Desde 1983 ha existido un límite de unas 4 mil licencias para los cinco condados.

Y el año pasado el concejo municipal aprobó una legislación que crea 4 mil nuevos permisos en una década, lo que resulta ser 400 licencias cada año, una cantidad que no da abasto para los 15 mil vendedores ambulantes que realizan el oficio de forma ilegal, según Street Vendor Project.

“Uno se siente con esa frustración que uno tiene, que no quieren darnos permiso", dijo Evelia.

Pero todo esto no la detuvo.

Y este negocio de comida mexicana que ahora administra junto a su esposo e hijo y en el que emplea a unas 10 personas, es la muestra.  

“Mi meta futura es que sigamos trabajando y tener más empleos para la gente que está sin empleo y tener otro puesto, otro carrito", concluyó Evelia.