Miles de efectivos estadounidenses para detener una "invasión" de inmigrantes. Visiones de campamentos para quienes buscan asilo. Y el final de la garantía constitucional de ciudadanía por nacimiento.

Con la vista fija en las elecciones de la próxima semana, el presidente Donald Trump espeta duras declaraciones, promesas y acciones contra la inmigración con el fin de movilizar a sus simpatizantes y ayudar al Partido Republicano a mantener el control del Congreso. Su propia campaña de 2016 se concentró en los temores por la frontera y ha sido el eje de su última semana antes de la contienda electoral de mitad de periodo.

"Esto no tiene nada que ver con las elecciones", insiste el presidente. Pero el momento en que lo hace resulta llamativo.

Más de 5.000 soldados serán enviados a la frontera con México para intentar defenderse de la caravana de migrantes centroamericanos que avanza a pie a cientos de kilómetros (millas) de distancia. Los campamentos no resolverían el enorme retraso que Estados Unidos tiene en el procesamiento de solicitantes de asilo. Y la mayoría de los expertos en leyes dicen que se necesitaría una nueva enmienda constitucional para reformar la actual que otorga la ciudadanía a cualquiera nacido en Estados Unidos.

Aun así, Trump hace declaraciones diarias sobre la inmigración en tuits, entrevistas y anuncios políticos en los días previos a las elecciones que los demócratas esperan que les dé el control de al menos parte del Congreso.

Desde hace mucho, Trump y varios asesores han considerado el tema de la inmigración como el grito de guerra más efectivo para su base de partidarios. Se esperaba que el presidente hiciera un anuncio sobre nuevas acciones en la frontera el martes, pero eso cambió para que en su lugar pudiera ir a Pittsburgh, en donde 11 personas fueron masacradas en una sinagoga el sábado.

Entre diversos tiroteos, el ataque más letal contra judíos en Estados Unidos y los paquetes con explosivos dirigidos a demócratas y medios, la caravana de migrantes, que lentamente avanza hacia el norte, se había disipado de los titulares de las primeras planas y la televisión por cable.

Pero con entrevistas en momentos oportunos en Fox y "Axios en HBO", Trump revivió algunas de sus ideas más severas contra la inmigración:

    -Una orden ejecutiva para derogar el derecho constitucional de ciudadanía de niños nacidos en Estados Unidos de padres extranjeros;

    -La detención prolongada de cualquiera que cruce la frontera hacia Estados Unidos, incluso quienes buscan asilo, en "ciudades de carpas" levantadas "en todas partes".

El gobierno también anunció el lunes su plan de desplegar 5.200 soldados en activo, más del doble de los 2.000 que están en Siria luchando contra el grupo Estado Islámico, para ayudar a mantener a raya a las caravanas.

La caravana principal, todavía en el sur de México, continúa reduciéndose _de 7.000 personas que la conformaban en un principio, a unas 4.000_ mientras un grupo más pequeño aparentemente espera unirse a ellos.

Trump insiste en que sus medidas inmigratorias no tienen nada que ver con política, incluso mientras despotrica contra las caravanas en eventos de campaña.

"Llevo diciendo esto desde mucho antes de la elección. Llevo diciendo esto desde antes de pensar en postularme para el puesto. Tenemos que ser duros en la frontera", dijo Trump a la conductora de Fox News Laura Ingraham, en una entrevista el lunes.

Sus detractores no lo creen.

"Nos manipula a todos", dijo David W. Leopold, abogado de inmigración y consejero del grupo de apoyo a inmigrantes America's Voice. "No se trata de encerrar a personas. No se trata de derecho de ciudadanía por nacimiento. Se trata de ganar la elección la próxima semana".

La propuesta de Trump inevitablemente provocaría una acalorada batalla legal sobre si el presidente puede alterar la muy aceptada regla de que la Decimocuarta Enmienda otorga la ciudadanía a cualquier niño nacido en Estados Unidos, sin importar el estatus inmigratorio de sus padres.

Incluso el presidente de la Cámara de Representantes Paul Ryan, quien suele apoyar a Trump, dijo en la radio WVLK de Kentucky: "Bueno, obviamente no puedes hacer eso. No puedes poner fin a la ciudadanía por nacimiento con un decreto".

Sin embargo, Trump dice que sus abogados le aseguraron que el cambio "puedo hacerlo por decreto". Añadió que "somos el único país del mundo donde llega una persona y tiene un bebé y ese bebé es esencialmente un ciudadano de Estados Unidos".

No es el caso. Según un estudio de 2010, al menos 30 países otorgan ciudadanía por nacimiento.

Una persona familiarizada con el debate al interior de la Casa Blanca dijo que el tema de la ciudadanía por nacimiento ha surgido varias veces en el Ala Oeste, y no sin algunos detractores. No obstante, los abogados de la Casa Blanca esperan trabajar con el Departamento de Justicia para desarrollar una justificación legal para la medida. La persona no estaba autorizada para discutir el debate sobre políticas, así que habló bajo condición de anonimato.

En la entrevista del lunes con Fox, Trump dijo que Estados Unidos también planea construir campamentos para albergar a los migrantes que buscan asilo, quienes serían detenidos hasta que sus casos sean resueltos. Actualmente, algunos de ellos, en particular las familias, son dejados en libertad mientras sus casos se procesan porque no hay suficiente espacio para albergarlos.

"Vamos a levantar carpas en todas partes", dijo el presidente. "Serán muy bonitas y van a esperar, y si no consiguen asilo, se van".

El país tiene un enorme retraso en casos de inmigración -unos 700.000- y cada vez hay más familias que cruzan la frontera desde Centroamérica, grupos que no pueden simplemente regresarse en la frontera.