Mientras miles de migrantes hondureños cruzan la extensión territorial de México, su capital viste su centro histórico con las tradicionales ofrendas del Día de los Muertos, que este año han sido dedicadas a los calvarios que pasan las personas forzadas a abandonar su hogar.

Con catrinas migrantes de gran tamaño, los mexicanos trazaron una analogía entre los peligros que han enfrentado los migrantes a lo largo de la historia, y los que deben enfrentar los muertos para llegar al inframundo.

Asimismo, en el tradicional altar que se construye frente a la Catedral de Ciudad de México, este año se colocaron fotos de inmigrantes fallecidos.

Según indicaron algunos mexicanos, en las ofrendas que se presentan a los muertos no debe faltar agua, sal, que simboliza el camino de la vida, y una vela, para alumbrar su camino de regreso al mundo de los vivos.

La tradicional fiesta mexicana culmina este 2 de noviembre.